El tema de la libertad de expresión tiene esta semana una vigencia compulsiva en Venezuela. Por un lado, el gobierno se jacta de haber recuperado "para el pueblo" una señal de televisión operada por los "golpistas y oligarcas". Por el otro, un gran grupo de periodistas y trabajadores de medios de comunicación emprendieron una campaña en rechazo al cierre de RCTV. No voy a entrar aquí en detalles sobre una discusión que tiene suficientes aristas como para llenar este y muchos blogs. Lo que haré es citar una noticia que encontré revisando el diario El Tiempo de Bogotá, en la que se reseña el asesinato del periodista Nelson Álvarez, columnista y editor del diario El siglo de Maracay.
Busqué la noticia en la prensa nacional, y me encontré con que sólo unos pocos diarios regionales, y otros medios internacionales la habían reseñado. Me impresiona que en plena ebullición de un movimiento en defensa de las libertades, este hecho haya pasado por alto. La noticia "rebotó" a través de un cable de la agencia France Presse y sólo los diarios aragueños le dieron una cobertura diferente. No conozco el trabajo periodístico de Nélson Álvarez, no he leído sus columnas, pero, en princpio, es un comunicador social que expresaba sus opiniones a través de un medio de comunicación, y ahora es, además, una víctima de la violencia. Creo que la defensa de las libertades públicas es un trabajo que cobra mayor valor mientras más se sostiene en el tiempo. Hay, por supuesto, que reaccionar frente a hechos inminentes como el del caso RCTV o el asesinato de un periodista -sean cuales sean las circunstancias-, pero también hay que escribir sobre el tema, discutirlo, fijar posiciones más complejas que las que pueden captarse en un reporte televisivo o una rueda de prensa, estar a tentos a la realidad como un todo. Tener capacidad de reacción, pero también de acción.
Esta fue la declaración que ofreció a El Aragueño un funcionario de la policía científica:
"El comisario Nelson Lara, jefe de la Sub Delegación del CICPC de Maracay, señaló que no descartan ningún tipo de hipótesis y que manejan la venganza como presunto móvil del hecho, puesto que el infortunado era muy investigador. "De repente la víctima estaba sumergida en un trabajo periodístico que era de cuidado", dijo Lara."
¿De cuidado de quién? ¿No se supone que el Estado debe garantizar la seguridad? No les parece que el mensaje de este comisario parece ser: "periodistas, cuídense". ¿No creen que temas como este son tan importantes como la concesión de RCTV o los discursos de Chávez?
Y ahí les va la noticia:
Mayo 21 de 2007
Asesinado a tiros un periodista venezolano del periódico 'El Siglo'
Nelson Alvarez Narváez fue acribillado por sicarios el sábado por la noche en la casa de su madre, donde se celebraba una fiesta.
El columnista del diario El Siglo de Maracay (80 km al oeste de Caracas), de 38 años, trabajaba desde hacía 15 como editor del diario y escribía las columnas Ocumareando y Paparazzi.
Testigos del homicidio aseguraron que el asesino llegó en un vehículo, acompañado de otro hombre que se quedó en el interior del automóvil.
"El sujeto abrió la puerta de la casa y se paró en el pilar del corredor y le disparó a mi muchacho. Yo no creo que haya sido para robarlo, porque no se llevaron la moto ni las pertenencias. A mi hijo lo mandaron a matar", señaló al periódico El Aragueño, Guadalupe Álvarez, madre del periodista asesinado.
Funcionarios de la policía científica explicaron que Nelson Álvarez ya estaba muerto cuando acudieron a la escena del crimen y que el cadáver presentaba heridas en el labio inferior, antebrazos derecho e izquierdo, región cervical, glúteo y en la región del tórax con salida en la clavícula.
En el 2006, dos periodistas fueron asesinados a tiros en Venezuela: Jorge Aguirre, fotógrafo del diario El Mundo de Caracas, y Jesús Flores Rojas, coordinador del periódico La Región de El Tigre (320 km al sureste de la capital).
CARACAS
AFP
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